"El sufrimiento del inocente a una escala extensiva e intensiva sin precedentes en la historia humana constituye la expresión mayor del mal radical en este siglo mortal. La preocupación central es entender por qué el inocente ha sido constituido en la víctima propicia en circunstancias muy diferentes: las guerras, los campos de concentración y de exterminio, y la marginación social de una gran magnitud y gravedad en todo el planeta. La mayor perversión de los seres humanos en la historia y durante el siglo XX ha sido el sufrimiento del inocente. Tenemos que dar cara a la realidad de la nueva época para lograr revertir con éxito las ideologías que dan contenido a la producción de medios intelectuales, científicos y técnicos de destrucción, y para potenciar el pensamiento apasionado que da contenido a los medios de construcción de la vida para todos los seres humanos. Los intelectuales, los políticos, las mujeres, los jóvenes, los marginados -es decir, los testigos- debemos persistir en el compromiso con el valor supremo de la vida; formamos parte del sujeto personal, histórico y trágico y somos responsables de la política de la vida." (Contracaratula).