La novela narra el rodaje de una entrevista documental con una cámara de 16 mm. sobre la vida y trayectoria profesional de dos músicos, Boris y Margo, una pareja de artistas e intelectuales extravagantes, cosmopolitas, solitarios, poco ortodoxos, desatados de convencionalismos, modos y modas . A lo largo de la entrevista, que tiene lugar en un escenario inusual: la habitación decadente y algo caótica del Motel Laberinto, no solo tiene lugar una larga e íntima conversación, sino un desnudo existencial en el que los personajes, incluída la entrevistadora, van introduciendo al lector en su intrincado y peculiar mundo personal lleno de rockabilly, imágenes del pasado, memorias de tiempos felices y agrios, encuentros y escenarios, filias y fobias en forma de fetiches, ídolos y arte en todas sus formas. Elvis Presley, poemas grunge y cult fiction, punk, sexo, depresión, el universo de las pin-ups, misticismo y realismo, vintage, la fascinación compartida por los zapatos, cine negro y de serie B, Henry Miller y otros popes literarios, una vida llena de intermitencias que late rápido y a ritmo de recuerdos y sensaciones.
La historia no tiene tiempo ni longitud. Cada personaje se interpreta a sí mismo, sin máscaras ni disfraces. Los flashbacks se entremezclan como diapositivas entre las palabras de unos y otros.
Margo es una mujer especial para la gente corriente, la prensa y sus fans, y una criatura interesante para su psicoanalista. Es rockera, punk y una fashion victim de todo lo anterior a los años 70. Tuvo un idilio tormentoso con un poeta bisexual y pornógrafo, antes de conocer a Boris, un romántico suicida, un hombre guapo y delgado, un artista incorruptible e inconformista, que siempre lleva zapatos de mujer y viste de luto permanente como Johnny Cash. Ama la estética de los años 50 pero tambien fantasea con la bohemia francesa de las dos primeras décadas del siglo XX. Escribe poemas fatales y le gusta viajar por carretera. Los dos se complementan porque son unos inadaptados con talento para arrancarse música y poesía cruda y ruda del alma. Se aman y se nota. Las intermitencias de su vida son luces de esperanza en tiempos de crisis, porque todo pasa y todo deja un poso en el fondo de la vida.
Ruth Baza, novelista, periodista - corresponsal y fotógrafa, viajera empedernida, especializada en música, cine, arte y arquitectura, reconocida por sus entrevistas a medida y sus retratos en blanco y negro de personalidades de todo el mundo, saca a la luz la estética del rock más alternativo y del cine de arte y ensayo, en esta historia sorprendente y original enmarcada dentro de la corriente de la Generación X.
La vida intermitente podría denominarse como un docubook escrito para ser degustado con todos los sentidos. Una narración documental, que combina la novela convencional con la entrevista y la arquitectura de un guión cinematográfico. Es una historia delirante y dogmática, un tratado sobre las mejores malas costumbres del arte y la cultura.