Cuando un escritor de la talla de Delibes emprende un viaje cualquiera y nos cuenta después sus impresiones de este viaje, podemos asegurar que el resultado es una obra literaria palpitante de interés. El ingenio y la sagacidad del viajero curioso y contemplativo aciertan a descubrir con exactitud aquellos carácteres y matices que suelen escapar al simple turista. La gracia de una pluma sobria y elegante hace lo demás y si a esto se añaden las variaciones que en la geografía y las costumbres introduce la Historia, tendremos el relato de un viaje por Europa que parece un auténtico descubrimiento.
La personalidad de Europa se ha enriquecido con nuevas facetas en estos últimos tiempos.
Otras formas de vida se superponen a lo tradicional. La propaganda política y el turismo mixtifican y deforman a veces ciertas realidades. Pero resulta evidente que la Europa de nuestros días es algo más complejo y profundo que la imagen que de ella nos dan los slogans: la Europa de las patrias, la Europa de los milagros económicos, la Europa de la guerra fría, la Europa de la ira y del placer.
Descubramos, pues, la Europa en que vivimos, en esta época en que lo más importante parece ser emprender viajes fabulosos a Marte o a la Luna