Iniciado el 8 de enero de 1854 y finalizado el 15 de abril del mismo año, este breve diario de John Stuart Mill no es un registro de aconteceres cotidinos. El propósito de mismo es meramente experimental, como el propio Mill declara en las líneas introductorias: ver «qué efecto se produce en la mente cuando uno se obliga a tener por lo menos un pensamiento cada día, que merezca la pena ponerse por escrito», referido «a la vida, al sentimiento, o a la alta especulación metafísica».

John Stuart Mill vivió en plena sociedad victoriana, frente a cuyos convencionalismos sociales mantuvo una actitud vehementemente crítica. Recibió una estricta educación que produjo en él la famosas cirsis espiritual descrita en su Autobiografía y que guardará una estrecha conexión con el desarrollo de su filosofía. Una de las figuras más destacadas del utilitarismo, planteó una revisión de sus principios más rígidos y prosigió la tarea de la fundamentación de las ciencias iniciada por sus antecesores en esta escuela.