La primera publicación de Fernando González Nohra se compone de seis relatos. Lo curioso es que puede funcionar como una novela elíptica, plagada de silencios en los que el lector es envuelto y las respuestas le son concedidas en pequeñas referencias que interconectan temporalmente los cuentos. Así, vemos una evolución temporal de la obra como un sucedáneo de capítulos que no traicionan el sentido de ninguno de ellos. Por ello, a diferencia de otros libros de estilo semejante, es preferible leerlo en el orden trazado por el autor y no adelantarse «… para no perder el paso».

En Por favor, no empujen el humor ácido es el pretexto para mostrar la verdadera soledad de Gonzalo, personaje principal y narrador de sus desencuentros, que vive en una ciudad como Lima, donde es testigo a diario de «cómo la neblina que subía por el acantilado se iba tragando de a pocos la ciudad». Un lugar en el cual todos parecen caminar en su contra: «Los pocos que caminan en mi dirección lo hacen tan lento que se convierten también en un estorbo, tengo que esquivarlos para no perder el paso». Un reflejo vital de lo que significa vivir en un país divorciado de sí mismo. Donde los conflictos no sólo habitan en lo hondo de la pobreza, sino que se presentan a cada esquina como reiterando, una y otra vez, que permanecerás «vivo y vacío» (paráfrasis usada por Gonzalo con respecto a Henry Miller).

El estilo narrativo del autor es frugal; no ahonda en extravagancias. Su lenguaje transmite el habla limeña sin ambages. Para el autor es vital que se deje hablar a los personajes, y esto se logra en Por favor, no empujen. Gonzalo jamás deja de ser él, jamás permite que la vida y los personajes estrafalarios —sátiras de una sociedad exagerada como la limeña— mellen en él. Seguirá intentando escribir, que en este caso es lo mismo que intentar sobrevivir.

Translation:

Spicy humour about the literary World. Some graphic novel fragances, a hilarious crime, heresy, nihilism and survival can be found on this short stories settled in Lima and gathered by the irony of the narrator.

Gonzalo, who does nothing (not because he can’t but because he doesn’t want), gets lost in his thoughts, gets sick in his mind's hallucinations and even suffers physicly for his search of solitude. As when he qoutes Miller: ” I was more dead than the deads for being alive and empty”.

This author's first publication contains six stories. Curiously working as an elipse, where silence captures the reader providing the answers that build a temporary connection between them. There is a time evolution where there is not meaning betrayal found. That is why it is appropiate to follow the stablished order of reading and not step forward as this sort of structure could possibly suggest, just to keep the pase.

Do not push, please, is framed with acid humour just to show Gonzalo’s real solitude. Acting as the main character and the narrator of his own contradictions, he witnesses how the fog coming up the cliffs swallows the city of Lima step by step. A place where everybody seems to walk against him. “The few ones walking by me are so slow that become an obstacle. I need to skip them to go ahead”. A living reflection of what it means to live in a country divorced of itself. Where conflicts not only live in the depths of poverty but come up once again and again only to remind you that you will stay alive and empty.

We find a smooth narrative style, with no extravagances. It shows the plain limean slang. The author shows the need of letting the characters be themselves. He allows them to speak and Gonzalo keeps being himself safe from the influence of a satiric and exagerated society like Lima's. He keeps on trying to become a writer that in his case is the same thing as surviving.

Between Roberto Bolaño and Quentin Tarantino, Do not push, please characters are “detectives” even “wild people” regarding their agonic, excessive, violent and tribal relationship with literature. Happily, humor redeems them and makes them humans.(...) González Nohra doesn’t make a carnival of art, culture and literature beacuse he chooses to make a carnival of the music, tv and cinema references of the globalised world that makes Do not push, please a popmodern novel.