Introducida por una larga disertacion filosofica, Gabriella «Bianco, en la segunda parte - literaria -
y tercera parte - teatral, nos coloca como espectadores del delicado monologo de Walter Benjamin
en las horas antes de su suicidio. La obra de Bianco lo ubica en soledad absoluta, apenas dialogando
con sus recuerdos. Esa soledad no solo suguere una licencia poetica, sino la transposicion, la identificacion
personal que Gabriella Bianco asume con esa conciencia angustiada que pugna entre el recuerdo y la esperanza,
entre el origen y la salvacion.
Pero no es la coexistencia en lenguajes diversos la unica frontera que comparten Benjamin y Bianco. Ambos atraviesan
la frontera de dos siglos. Es la falta de suelo de la razon lo que recibe Bianco en su vocacion filosofica vocada de modo relevante a la etica y a la politica. Como fundar las convicciones que dan sustento a la accion? Y en una indagacion mas profunda, presente en no pocos de sus ensayos y obras dramaticas, porque darle mas sentido a la vida que a la muerte?
Las frontera entre la vida y la juerte, el vivir bajo el peso de la condicion de soledad absoluta de lo humano, la muerte
como seguro destino, es un pensamiento latente en toda praxis, aun en la entrega solidaria, amorosa y mistica.
(Diana Maffia, critica, 2012)